por Rubén Greco Rótolo
Juan José López es de Guernica, y desde hace años que de alguna manera nos pone en el mapa como ciudadano destacado. Desde que hacía goles en Argentinos Juniors, o en River Plate, hasta hoy sentado en el banco del estadio Monumental (¿Alguien recuerda a Antonio Vespucio Liberti? Quien da el nombre a ese estadio)
Algunos dicen que se olvidó de estos lares, otros que esto no es así. Lo cierto es que Guernica figura en todas las versiones de su biografía. Y fue acá donde metió sus primeros goles, esos que aún no eran gritados por miles de gargantas enfervorizadas.
Pienso en JJ, y al mismo tiempo pienso en todos aquellos notables que nuestro pueblo, devenido en pujante ciudad, vio nacer y crecer. Esos grandes hacedores que, ignotos, erigen el buen nombre de un pueblo que de a poco intenta construirse a sí mismo.
Hace poco en un club cercano al Parque Rivadavia se presentó la tercer edición de la revista ELBA, textos desde la cárcel. Desde hace un buen tiempo Luis “Chino” Sanjurjo, vecino de Guernica, coordina un taller en la Unidad Penitenciaria de Ezeiza y en el penal de Marcos Paz. En el mismo, detenidas y detenidos, estudian la obra fundamental del filósofo francés Michel Foucault. Como resultado de ello se edita una revista que reúne textos, pensamientos y reflexiones de los presos.
La experiencia de compartir una tarde con esos chicos y esas chicas, que intentan derribar la frontera del prejuicio hacia los presos; escuchar sus opiniones, leer junto a ellos sus textos, comer un asadito (aún con la férrea custodia del personal del Servicio Penitenciario Federal) fue muy gratificante. Del mismo modo resulta tan gratificante saberme vecino de Luis Sanjurjo, tan notable como el Negro JJ López. Aún con golazos menos celebrados me merece el mismo orgullo como guerniquense.
Del mismo modo en que la obra de López y la obra de Sanjurjo nacieron en Guernica; ¿Cuántas otras grandes obras se estarán gestando en nuestro pueblo? Es nuestra la responsabilidad de que no pasen inadvertidas, es nuestro el deber de apoyar a nuestros notables.
Hay que generar espacios, y esa es responsabilidad de todos. Medios, voces, lugares. Desde estas humildes líneas insto a todos a colaborar por el futuro grande de Guernica, y que no sea solo discurso. A nuestros gobernantes les queda la ardua y diaria tarea de descubrir esos talentos locales, y que no nos dejen la única opción de emigrar. Queremos seguir construyendo a Guernica grande, a Presidente Perón emergente, a nuestra cultura argentina engrandecida desde este páramo del conurbano.
Que ya ha dejado de ser una simple ciudad dormitorio, como dice nuestro intendente, para convertirse en una verdadera cuna de notables.
¿Seremos capaces de aceptar nuestro destino y trabajar por ello?
Algunos dicen que se olvidó de estos lares, otros que esto no es así. Lo cierto es que Guernica figura en todas las versiones de su biografía. Y fue acá donde metió sus primeros goles, esos que aún no eran gritados por miles de gargantas enfervorizadas.
Pienso en JJ, y al mismo tiempo pienso en todos aquellos notables que nuestro pueblo, devenido en pujante ciudad, vio nacer y crecer. Esos grandes hacedores que, ignotos, erigen el buen nombre de un pueblo que de a poco intenta construirse a sí mismo.
Hace poco en un club cercano al Parque Rivadavia se presentó la tercer edición de la revista ELBA, textos desde la cárcel. Desde hace un buen tiempo Luis “Chino” Sanjurjo, vecino de Guernica, coordina un taller en la Unidad Penitenciaria de Ezeiza y en el penal de Marcos Paz. En el mismo, detenidas y detenidos, estudian la obra fundamental del filósofo francés Michel Foucault. Como resultado de ello se edita una revista que reúne textos, pensamientos y reflexiones de los presos.
La experiencia de compartir una tarde con esos chicos y esas chicas, que intentan derribar la frontera del prejuicio hacia los presos; escuchar sus opiniones, leer junto a ellos sus textos, comer un asadito (aún con la férrea custodia del personal del Servicio Penitenciario Federal) fue muy gratificante. Del mismo modo resulta tan gratificante saberme vecino de Luis Sanjurjo, tan notable como el Negro JJ López. Aún con golazos menos celebrados me merece el mismo orgullo como guerniquense.
Del mismo modo en que la obra de López y la obra de Sanjurjo nacieron en Guernica; ¿Cuántas otras grandes obras se estarán gestando en nuestro pueblo? Es nuestra la responsabilidad de que no pasen inadvertidas, es nuestro el deber de apoyar a nuestros notables.
Hay que generar espacios, y esa es responsabilidad de todos. Medios, voces, lugares. Desde estas humildes líneas insto a todos a colaborar por el futuro grande de Guernica, y que no sea solo discurso. A nuestros gobernantes les queda la ardua y diaria tarea de descubrir esos talentos locales, y que no nos dejen la única opción de emigrar. Queremos seguir construyendo a Guernica grande, a Presidente Perón emergente, a nuestra cultura argentina engrandecida desde este páramo del conurbano.
Que ya ha dejado de ser una simple ciudad dormitorio, como dice nuestro intendente, para convertirse en una verdadera cuna de notables.
¿Seremos capaces de aceptar nuestro destino y trabajar por ello?
Grande chino!!! un saludo los Entierro!
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