por Rubén Greco Rótolo
Hace unos días me llegó de manos de mi padre la última edición de la Revista Noticias (30 de Octubre de 2010 –Argentina-), la misma trataba como tema central el fallecimiento del ex presidente Néstor Kirchner. Imagino que dicho suceso hizo que mi padre me dejara el ejemplar en casa. Es una revista que nunca compro, mantiene un precio elevado para terminar adquiriendo un 60% de publicidades muy logradas y el resto de línea editorial demasiado marcada y disfrazada de periodismo. Es decir, si uno sostiene un medio en el que priman los artículos de autor no debería escudarse tras el mote de “periodismo”, eso intento en este artículo. Pido al lector que no me tome como periodista, dado que no lo soy ni lo pretendo. No es el caso de la revista Noticias.
En medio de los artículos referidos a Néstor Kirchner me encuentro con una escueta nota a Alberto Fuguet, escritor de origen chileno. Una foto muy amplia para lo que restaba de texto encabezaba el mismo, en la cual podemos ver al citado autor sentado jovialmente sobre su escritorio, de un lustre impecable, con una modesta biblioteca detrás, muchos adornos y solo algunas decenas de libros. Pero bueno, al menos era una biblioteca.
El título en negrita y con una fuente extremadamente grande proponía la construcción de una idea transgresora que llevase a los lectores curiosos a leerlo, rezaba; “Nunca leí a Neruda”. Quien les escribe picó inmediatamente en ese anzuelo trabajosamente preparado, y se zambulló en la construcción de Silvio Santamarina (quien firma la entrevista).
Alberto Fuguet, expresa inmediatamente que prefiere la literatura “del yo” más sentida que pensada. Y es tal vez ese primer párrafo lo que me hizo sentir inmediatamente la necesidad de escribir este artículo. Escribo siempre desde mí, en los diferentes formatos en que lo hago.
Recorría las líneas de la entrevista buscando esa transgresión que desde el título se me había propuesto, cuando pronto me topé con un concepto mucho mayor. Si hasta imagino a Santamarina en la dificultad de elegir el título que más provocador le resultase, dice Fuguet; “el Nobel a Vargas Llosa demuestra que América Latina es mucho más diversa de lo que se pensaba en el exterior. Porque para la farándula literaria internacional García Márquez era el bueno y Vargas Llosa el malo”.
Malo, bueno. ¿Será que Fuguet intenta comunicarse con nosotros utilizando una fórmula de dibujos animados o películas infantiles donde los buenos son muy buenos y los malos son muy malos? ¿o que así considera que pensamos? Una pena el poco coraje, o desconocimiento, de Silvio Santamarina quien no repreguntó nada al autor chileno, y pasó por alto semejante falta de respeto hacia el intelecto de los lectores de la revista. Mucho se ha hablado de esa antinomia entre Gabriel García Márquez y Vargas Llosa, pero nunca en términos tan limitados como los que expone Fuguet. Si quería hacer publicidad de su otra obra referida al desprestigio de García Márquez llamaba “McOndo” lo podría haber hecho de modo más directo, y con el coraje que otrora mostrara al echar mano a términos peyorativos como el que titula su trabajo. Pero bueno, la nota debía tener la extensión mínima para que alguien en un consultorio odontológico se interesara por el artículo y se apresurara a leerlo antes de que la recepcionista lo llamara por apellido para ser antendido, y de ese modo las letras del periodista Santamarina sobrevivieran al olvido antes de ser sepultadas por montañas de otras revistas del mismo calibre.
Continúa Fuguet; “para el imaginario for export, siempre Macondo, con pobres en la selva y papagayos que hablan”. Nuevamente me pregunto, a riesgo de ser tan repetitivo como él; ¿es que nos está tomando por tontos o realmente cree en minimizar aquello que por comodidad, simple desprecio o incapacidad de comprensión no le gusta?
Ante las siguientes líneas la imaginación se me alteraba, me proponía imágenes, y hasta pude ver la mirada de Santamarina (de quien desconozco su aspecto, pero pude imaginarle un rostro) mirando de reojo el anotador donde en letra desprolija se resaltaban los puntos de interés de su editor para con esa entrevista al autor chileno. Las letras en grueso fibrón se dibujaban en esas imágenes al leer que el periodista indagaba a Fuguet sobre el tema del rescate de los mineros en Chile y sobre si escribiría él algo al respecto. Y ante eso Fuguet respondió; “Si, habrá una novela, pero no mía. Cinco diarios internacionales muy ‘cool’ me pidieron que escribiera algo, y lo pensé harto, pero no sabía que poner. Sentía que no era mi mundo. Yo no soy un minero, aunque sea chileno: vi todo desde Santiago, en la tele, como cualquier espectador del planeta. Las imágenes me superaban, y si me ponía a escribir me hubiera salido realismo mágico (lloroso) ‘Ay, pobre minero chileno’ ¡Yo no soy un minero, yo tengo una MAC! No me puedo vender como un latinoamericano sufrido”
Nuevamente Silvio Santamarina responde ante la curiosidad periodística como podría responder un papagayo ante la teoría de la Gestalt, ¡con la misma curiosidad! Es decir; ninguna. Salvo que el papagayo del ejemplo fuera un personaje de realismo mágico, pero ya han expresado su desprecio por ello, así es que tómese el ejemplo como un simple animal sin razón.
Previamente me había gustado su postura al respecto de la literatura “del yo” que expresara Fuguet, sobre todo cuando aclaró que no debía tomarse eso de modo literal porque en ese caso caeríamos en el error de que solo un plomero podría escribir sobre un personaje que fuera plomero. Bueno, en el párrafo citado parece ser que Fuguet olvidó su propio concepto, y ahora considera que para escribir sobre los mineros él se vería imposibilitado justamente ¡por no ser minero!
Quien escribe saluda a la evolución del pensamiento, pero Fuguet; ¿tan solo cinco ó seis párrafos te han llevado a tal cambio radical de pensamiento?
Dejo pasar la burla al realismo mágico dado que quien le realizó la nota solo indicó que lo expresó a modo de llanto, pero nuevamente Santamarina; nos gustaría saber en qué tono realizó esa posible burla.
“No puedo venderme como un latinoamericano sufrido”, dice eso por tener una MAC (computadora Macintosh, elitista, cara y de dudosa calidad, pero eso sí; con una gran publicidad que convierte a sus poseedores en personas mucho más esnob) Parece ser ahora que el único sufrimiento es el de no tener recursos económicos, dado que pudiendo comprar una computadora de elevado costo no podría deducirse sufrimiento alguno en su adquirente.
Al autor:
Señor Fuguet, no escribo estas líneas desde una costosa computadora como la suya, lo hago desde una Olivetti, pero le recuerdo algo que tal vez olvidó cuando compraba su exquisita MAC en la Quinta Avenida; no solo sufrimos los latinoamericanos cuando no podemos acceder a bienes considerados de lujo. Yo accedo a muchos de ellos, pero aún así soy un latino que sufre, y lo hago ante las embestidas que la gente de su clase representa para la unidad de Latinoamérica. Sepa comprenderme Alberto Fuguet, no me escudo ante vericuetos de la retórica para manifestarle mi oposición; pública, lisa y llana. Creerá tal vez que me faltan galardones para hablarle de este modo a alguien con usted, sinceramente espero que no caiga en eso, resultaría aún más lamentable de su parte y confirmaría el desprecio del que ya es usted acreedor. Per sepa que comprenderé si así lo hiciera.
“yo estoy dispuesto a saltarme España porque para mí es tan lejana como Copiapó. Para mí, España es un país bizarro, por decir lo menos” esto expresó el chileno ante la tímida pregunta de Santamarina con respecto al título en inglés de su última obra; “Missing”, podemos discutir la utilización de anglicismos pero no me parece adecuado imitar el acento ibérico (tal como nos aclara el periodista en un apartado) al contar que un editor español le dijo “Pues en España no entienden ese título”. Despojémonos de eufemismos Fuguet, al menos yo lo hago ahora mismo; entiendo que no le interese el público español, no obstante me resulta despreciable su burla. Además ¿está tomando a los españoles de pelotudos? No se tenga tanta fe muchacho, cualquier persona comprende el significado de “Missing”, si le indicaron que lo cambie por su traducción al español es por una protección de la lengua, no por no poder comprenderlo.
“Mi cabeza está más colonizada por Estados Unidos, como creo que le pasa a la mayoría de los latinoamericanos. España se transformó en un país europeo, por fin; ¡bien por ellos! Pero nosotros no lo somos”
Vamos Fuguet ¿tanto le molesta el resurgir de la América Latina, uniéndose y con presidentes que se parecen a su pueblo por fin? Cuando diga “nosotros” nuevamente, piense mejor sobre quien pone su propia voz, yo no soy usted. Y Latinoamérica difícilmente le pertenezca a representantes como usted.
Vaya usted con su cabeza colonizada por donde mejor le parezca, pero no venga a decirnos a nosotros quienes somos.
Buenos Aires, Argentina. Noviembre de 2010